El sector del ibérico vive un momento clave. En los últimos años, la demanda de productos ibéricos fuera de España ha crecido de forma constante, impulsada por la curiosidad gastronómica global y por la consolidación del “sabor español” como sinónimo de calidad y autenticidad.
Sin embargo, internacionalizar un producto tan ligado a la cultura y al territorio no es tarea sencilla. Supone un equilibrio entre mantener la esencia artesanal y cumplir con los requisitos técnicos, sanitarios y logísticos que exige cada mercado.
Nuevos destinos para un producto con historia
Tradicionalmente, los principales mercados del ibérico han sido europeos: Francia, Alemania, Italia o Portugal. Pero en la última década, países como Estados Unidos, México, Japón o Corea del Sur se han convertido en destinos estratégicos.
El consumidor internacional busca experiencias auténticas, y el ibérico ofrece precisamente eso: un sabor con identidad, vinculado al origen y al oficio.
Retos que acompañan a la expansión
Exportar ibérico no es solo una cuestión de envío. Implica enfrentarse a retos muy concretos:
- Normativas sanitarias y de etiquetado, que varían en cada país.
- Controles de temperatura y humedad durante el transporte, fundamentales para mantener la calidad.
- Adaptación del producto y del mensaje a diferentes culturas gastronómicas.
A ello se suma un desafío menos visible: comunicar adecuadamente el valor del ibérico, un producto que no siempre tiene equivalentes claros fuera de España.
Oportunidades para el futuro
El interés por la gastronomía de calidad y el auge del consumo gourmet ofrecen un terreno fértil para seguir creciendo. La digitalización, las ferias internacionales y las plataformas especializadas están ayudando a acercar el producto ibérico a públicos cada vez más diversos.
En este contexto, empresas como Ibéricos Pefrán contribuyen a consolidar la reputación del sector, apostando por procesos estables, controlados y adaptados a las exigencias de los mercados globales.
El futuro de la internacionalización del ibérico pasa por mantener su autenticidad, pero con una mirada abierta y moderna: ser capaces de llevar el sabor de siempre a cualquier lugar del mundo, sin perder lo que lo hace único.
